¿Da Miedo?: la fábula del Rey Desnudo, Sobre la muestra "Bad" de Alberto Passolini, Pablo Schanton, 06/03/07
¿Da Miedo?: la fábula del Rey Desnudo
Sobre la muestra "Bad" de Alberto Passolini
En 1987, el Rey del Pop Michael Jackson contrató al director de cine
Martin Scorsese para que le filmara un cortometraje que ilustre el hit
homónimo de su álbum Bad. En el video, Jackson es un líder de patota que contraataca a otra justo cuando ésta iba a robarle a un pobre hombre. El contraataque consta de una inocua coreografía. Pero, al final del clip, descubrimos que toda la situación ha sido parte de la imaginación de "Jacko". Ah, qué desilusión. Un tema clave en la carrera de Michael quedaba al descubierto otra vez: el "ojo por ojo". En la obra de Jackson, la única forma de justicia es la venganza. Si no, basta volver al mediometraje que
protagonizó 10 años después, "Ghosts", donde asusta a todos aquéllos que quieren castigarlo por "raro". "Si querés ver/ Excentricidades/ Seré
grotesco/ ante tus ojos", canta en "Is It Scary?" ("¿Da miedo?"), una de las
canciones del filme. Otra vez, la desilusión: durante los créditos vemos cómo
Jackson es maquillado hasta volverse un monstruo. Nuevamente, Michael asusta pero exhibe al mismo tiempo los hilos del truco.
En "Bad" hay otros personajes "malos" que son encarnados por el ex
afroamericano: el "Smooth Criminal" (él como gangster de los 30 en el
video) y el "Speed Demon" (el mundo visto por un rebelde en moto a la manera
del Brandon de los 50). Como N' Sync o "Scream 2", Jackson es puro
meta-pop: un ilusionista que desilusiona. Como Rey, siempre dirá que está desnudo y sin embargo... todos lo venerarán igual. De ahí su poder.
Es un maestro de la trasgresión calculada: nada puede fallar en la
puesta en escena y sólo él puede develar los mecanismos detrás de ella. Una
vez, en Japón, el guitarrista Slash se quedó más tiempo en escena de lo que
debía durante su solo en "Beat it" y el Rey lo empujó afuera. Otra vez,
Jarvis Cocker irrumpió en el escenario donde Michael hacía de Cristo crucificado durante los Brit Awards del 96: el pobre ex Pulp fue preso.
¿Qué querrá decir entonces que un artista argentino se disfrace de
un Michael Jackson disfrazado de malo? Por lo pronto, con su máscara
inaugura una nueva dimensión con ironía: la del meta-meta-pop. ¿Acaso, con
todo su didactismo estructuralista, no nos advertía un Massotta que el Pop Art
es un "arte de máscara"?
En el caso de Passolini, ese callejón sin salida de los signos que
exponía el viejo Pop Art se torna aún más complejo porque su obra finalmente
tiene “algo para decir", pudor del humor mediante. Estas pinturas son
ejemplificadoras. Ya verán, pero sigamos con Michael.
En el tríptico "Really, really bad", vemos cómo los zapatitos del Rey
en plena coreo van siendo víctimas de un sorete (¡lo peor para él: un
blooper fuera de guión"!) y, pum, el "Moonwalker" se resbala. He aquí un
momento clave passoliniano: ese instante en que la sobrecodificación entra en
fricción con el límite mismo de lo representable. En el tríptico se
superpone el arquetipo de lo malo (la cola de diablo) al estereotipo
pop de lo malo (Jacko disfrazado de "Bad") y a ambos se los enfrenta a algo
real realmente "malo" para nuestra civilización, la mierda. Pero, ¿qué
puede decir la pintura de la mierda si no puede representar lo que justamente
la torna tan mala: el olor y el tacto? Aquí el ícono siempre gana: el
meta-meta-meta es una mamuchka de íconos sin vuelta atrás. ¡Es la
metástasis del pop art!
En Passolini, el Pop sirve como moraleja para tomarse a broma el
voluntarismo de la vanguardia. Okey, todo acabará en el museo, pero
antes acabará como ícono. De ahí su insistencia en la representación
imposible del acto en pintura (una serie de su obra pasada se llamaba "Fantasías paralizadas" y buscaba ilustrar una secuencia temporal en el espacio, por eso su formato de "storyboard"). En la obra "Carrie y sus misóginos", Brian De Palma y Marcel Duchamp convergen en el mismo problema: cómo contar la desestabilización de un acto sin estabilizarse en una imagen. De Palma multiplica cuadros cuando una Carrie posesa rompe todo; Duchamp habló de su deseo de "proyectar una cuarta dimensión" al armar "La novia puesta al desnudo por sus solteros, aún...". Bien, el "artoon" de Passsolini exacerba la torpeza con que se busca representar un acto, un accidente, un blooper, una trasgresión que podría subvertirlo todo. Pero ¿por qué la obra de Passolini era ejemplificadora entonces? Ahora recalemos en "DINK".
En el cuadro se representa en plan Billiken la foto b/n 182 x 164 de la escultura viviente "La familia obrera" (Oscar Bony, 1968), la misma que hoy
se puede ver colgada en el Malba. La foto es observada por una pareja gay
absolutamente estereotipada, hasta el mínimo de sus significantes:
barba candado, musculosa, perrito. El título de la pintura alude a las
siglas de "Double Income, No Kids", descripción que suele usarse como sinónimo de parejas gay/lesbianas con alto poder de consumo (doble ingreso), sin hijos que criar. La existencia de tal categoría socieconómica demuestra
hasta qué punto los excluidos de ayer son los incluidos en el Sistema de hoy. Y
la foto "artoonizada" nos repite la moraleja pop de la muestra "Bad":
primero serás ícono y luego te colgarán en el museo. Enseñanza que -en
estos tiempos "post-póstumos" de arte tras la muerte del arte- Alberto Passolini
parece encontrarla mejor expuesta en el mundo irónico del Pop, donde las
ilusiones muestran hoy tanto su valor como su falsedad (igual que el touch de
plata en todas estas pinturas). Ese mundo donde Michael Jackson es el gran Rey Desnudo.
Pablo Schanton, 06/03/07